
Interruptores de aire a presión: una visión histórica
Introducción
Los interruptores de aire a presión aprovechan la superior resistencia dieléctrica y las propiedades térmicas del aire comprimido en comparación con el aire atmosférico. Esta tecnología permite el diseño de interruptores de circuito de alta tensión, utilizando un chorro axial de aire comprimido dirigido al arco para extinguirlo de manera eficiente. Durante más de cinco décadas, este método fue la tecnología preferida para aplicaciones de muy alta tensión hasta la aparición de los interruptores de SF6 (hexafluoruro de azufre).
Desarrollo histórico
El concepto de extinción de arcos mediante aire a presión se originó en Europa durante los años 1920. Se lograron avances significativos en los años 1930, lo que llevó a la instalación generalizada de interruptores de aire a presión en los años 1950. Estos primeros modelos tenían una capacidad de interrupción de hasta 63 kA, que aumentó a 90 kA en los años 1970.
Limitaciones técnicas e innovaciones
A pesar de su efectividad, los interruptores de aire a presión tienen capacidades de soporte dieléctrico relativamente limitadas, principalmente debido a la velocidad a la que pueden abrirse los contactos. Para mejorar el rendimiento, los ingenieros adoptaron diseños multisección para aumentar la velocidad de apertura. Como consecuencia, para tensiones nominales superiores a 420 kV, los diseños iniciales requerían 10 o incluso 12 interruptores en serie por polo.
Ejemplo notable
Un ejemplo notable de esta tecnología se ilustra en una figura que muestra un interruptor de aire a presión con 14 interruptores por polo, diseñado para operar a 765 kV en 1968 por ASEA (ahora parte de ABB). Esto ejemplifica la ingeniería avanzada necesaria para satisfacer las demandas de los sistemas de transmisión de ultra-alta tensión en esa época.