Las principales diferencias entre el cátodo frío y el cátodo caliente en las lámparas de descarga son las siguientes:
Cátodo Frío: Las lámparas de cátodo frío generan electrones a través de la descarga de resplandor, que bombardean el cátodo para producir electrones secundarios, sosteniendo así el proceso de descarga. La corriente del cátodo se debe principalmente a iones positivos, lo que resulta en una corriente pequeña, por lo que el cátodo permanece a una temperatura baja.
Cátodo Caliente: Una lámpara de cátodo caliente genera luz calentando el cátodo (generalmente un filamento de tungsteno) a una alta temperatura, causando que los electrones en la superficie del cátodo sean emitidos debido a la energía térmica. La corriente del cátodo se basa principalmente en la emisión de electrones térmicos, lo que resulta en una corriente más alta y, consecuentemente, una temperatura del cátodo más elevada.
Cátodo Frío: Los cátodos fríos suelen estar hechos de láminas de metal puro y no tienen el problema de la intoxicación, lo que resulta en una mayor durabilidad que puede superar las 20,000 horas.
Cátodo Caliente: Los cátodos calientes generalmente emplean filamentos de tungsteno como cuerpo del cátodo, recubiertos con óxidos metálicos de bajo potencial de trabajo. Debido al potencial de intoxicación química y electroquímica del óxido, su durabilidad es generalmente solo superior a las 4000 horas.
Cátodo Frío: Las lámparas de cátodo frío suelen tener una intensidad de radiación más alta que las lámparas de cátodo caliente, alcanzando más de 200uW/cm, lo que es más del doble que las lámparas de cátodo caliente. Además, los tubos de cátodo frío pueden ser fabricados en diversas formas, como U, recto, O o tipo incienso, etc.
Cátodo Caliente: Las lámparas de cátodo caliente tienen una intensidad de radiación más baja y generalmente presentan una forma más fija.
Cátodo Frío: Debido a la menor corriente de las lámparas de cátodo frío y la posibilidad de usar corriente directa, las lámparas de cátodo frío son más eficientes energéticamente que las lámparas de cátodo caliente bajo el mismo efecto de esterilización.
Cátodo Caliente: Las lámparas de cátodo caliente son relativamente intensivas en energía debido a los mayores requisitos de corriente y el proceso de calentamiento.
Cátodo Frío: Adecuadas para aplicaciones que requieren formas precisas y alta eficiencia energética, como dispositivos portátiles de desinfección como esterilizadores de teléfonos móviles, esterilizadores de cepillos de dientes y paquetes de desinfección.
Cátodo Caliente: Adecuadas para aplicaciones que requieren radiación de alta intensidad y estabilidad, como iluminación general y ciertas aplicaciones industriales.
En resumen, los cátodos fríos y calientes exhiben diferencias significativas en términos de principios lumínicos, selección de materiales, durabilidad, intensidad de irradiación, forma, consumo de energía y escenarios de aplicación. Estas disparidades los hacen adecuados para diferentes dominios de aplicación.