Cuando una corriente eléctrica atraviesa el cuerpo humano, el sistema nervioso sufre una descarga eléctrica. La gravedad de esta descarga depende principalmente de tres factores clave: la magnitud de la corriente, la ruta que sigue la corriente a través del cuerpo y la duración del contacto. En los casos más graves, la descarga interrumpe el funcionamiento normal del corazón y los pulmones, lo que puede llevar a la inconsciencia o incluso a la muerte.
Se acepta generalmente que las corrientes inferiores a 5 miliamperios (mA) presentan un riesgo mínimo. Sin embargo, las corrientes que oscilan entre 10 y 20 mA se consideran peligrosas, ya que pueden causar que la víctima pierda el control muscular. La resistencia eléctrica del cuerpo humano, medida entre las dos manos o entre las piernas, suele variar de 500 ohmios a 50,000 ohmios. Por ejemplo, si se asume que la resistencia del cuerpo humano es de 20,000 ohmios, entrar en contacto con un suministro eléctrico de 230 voltios puede ser peligroso. Usando la Ley de Ohm (I = V/R), la corriente resultante sería 230 / 20,000 = 11.5 mA, dentro del rango peligroso.

La corriente de fuga se calcula utilizando la fórmula I = E / R, donde E representa el voltaje del suministro y R denota la resistencia del cuerpo. La resistencia de un cuerpo seco suele variar de 70,000 a 100,000 ohmios por centímetro cuadrado. Sin embargo, cuando el cuerpo humano está mojado, esta resistencia disminuye drásticamente, cayendo a entre 700 y 1,000 ohmios por centímetro cuadrado. Esto se debe a que, aunque la resistencia inherente de la piel es relativamente alta, la humedad externa reduce significativamente la resistencia total.
Para ilustrar el impacto de un cuerpo mojado, considere que un suministro eléctrico de 100 voltios presenta tanto peligro para un cuerpo mojado como un suministro de 1,000 voltios para un cuerpo seco.
Efectos de la Corriente Pasando de Mano a Mano y de Pie a Pie
A continuación se describen los efectos de la corriente eléctrica que fluye a través del cuerpo de mano a mano o de pie a pie:
Los efectos de la descarga eléctrica pueden variar según si la corriente es alterna (AC) o continua (DC). La corriente alterna a frecuencias comunes (25 - 60 ciclos por segundo, o hertz) generalmente es más peligrosa que la corriente continua del mismo valor eficaz (RMS).
Con la creciente prevalencia de equipos eléctricos de alta frecuencia, el paso de corrientes de alta frecuencia a través del cuerpo presenta riesgos adicionales. A frecuencias alrededor de 100 hertz, la sensación típica de una descarga eléctrica comienza a disminuir, pero el potencial de quemaduras internas severas aumenta, lo que hace que tales corrientes sean igualmente peligrosas. Es importante recordar que es la corriente, y no solo el voltaje, lo que finalmente causa fatalidades.
Un voltaje alterno de 50 voltios tiene el potencial de generar una corriente peligrosa de 50 mA. Sin embargo, algunas personas han sobrevivido a exposiciones a voltajes mucho más altos debido a diversos factores atenuantes. Por ejemplo, la piel seca, la ropa limpia y el uso de botas pueden aumentar significativamente la resistencia de contacto, reduciendo así el riesgo de flujo de corriente peligrosa a través del cuerpo.