Definición
La transposición se refiere a la rotación física de los conductores, donde cada conductor se desplaza sistemáticamente para ocupar la siguiente posición en una secuencia predefinida. Este proceso juega un papel crucial en los sistemas eléctricos al igualar la inductancia y capacitancia mutua entre las líneas. Cuando los conductores están espaciados de forma irregular, resulta en valores complejos de inductancia, lo que a su vez complica el análisis y estudio de los sistemas de energía. La transposición se lleva a cabo principalmente en estaciones de conmutación y subestaciones, y un ciclo típico de transposición se ilustra en la figura proporcionada a continuación.

La Necesidad de la Transposición
En una línea eléctrica asimétrica, la inductancia puede provocar caídas de tensión incluso cuando la tensión de la fuente está en un estado equilibrado. Las tensiones inducidas dentro de los conductores generan un campo magnético, que a su vez causa interferencia en la línea. Esta interferencia puede perturbar la operación normal de los sistemas eléctricos e incluso afectar a las líneas de comunicación adyacentes. La transposición de los conductores ofrece una solución efectiva mediante el intercambio continuo de sus posiciones. A través de este proceso, se hacen más uniformes las propiedades eléctricas de la línea, reduciendo así los efectos adversos relacionados con la inductancia.
Método de Transposición
Un enfoque común para la transposición de líneas implica dividir cada conductor de fase en tres segmentos iguales y reorganizarlos a lo largo de la línea. Al hacerlo, se equilibra la capacitancia de la línea, lo que a su vez ayuda a igualar la tensión entre las fases. Esta configuración equilibrada asegura una transmisión de energía más estable y eficiente, minimizando los desequilibrios de tensión que podrían llevar a pérdidas de potencia y a ineficiencias del equipo.
Desventajas de la Transposición
A pesar de sus beneficios, la transposición tiene una desventaja significativa. Los cambios frecuentes en las posiciones de los conductores colocan un estrés adicional en las estructuras de soporte de las líneas eléctricas. Con el tiempo, este estrés puede debilitar estas estructuras, requiriendo sistemas de soporte más robustos y costosos. Como resultado, el costo total del sistema eléctrico aumenta, abarcando no solo la inversión inicial en infraestructura más fuerte, sino también los gastos potenciales de mantenimiento y reemplazo a largo plazo.