El uso de kVA (kilovoltio-amperios) en lugar de kW (kilovatios) para calificar transformadores se deriva de la distinción fundamental entre la potencia real (kW) y la potencia aparente (kVA) en los sistemas eléctricos. Los transformadores transfieren energía eléctrica entre circuitos mediante inducción electromagnética, y su calificación en kVA tiene en cuenta tanto la potencia real como la reactiva.
Potencia Real (kW): Esta es la potencia que realiza trabajo útil, como producir energía mecánica, calor o luz, y refleja la capacidad de entrega de energía del transformador.
Potencia Reactiva (kVAR): Aunque no realiza trabajo útil, la potencia reactiva es esencial para mantener los niveles de voltaje y garantizar la estabilidad del sistema. Los transformadores requieren inherentemente corriente de magnetización, lo que introduce potencia reactiva.

Potencia Aparente (kVA) es la suma vectorial de la potencia real (kW) y la potencia reactiva (kVAR). Calificar los transformadores en kVA proporciona una medida integral de su capacidad total de manejo de potencia. Esto es particularmente importante en sistemas con cargas inductivas o capacitivas, como motores, que requieren tanto potencia real como reactiva.
En resumen, especificar las calificaciones de los transformadores en kVA, en lugar de kW, reconoce el efecto combinado de la potencia real y reactiva. Ofrece una representación más precisa de la capacidad del transformador para manejar el flujo total de potencia, incluyendo el componente reactivo crucial para la estabilidad y eficiencia del sistema.