El impacto de un factor de potencia más bajo en la potencia efectiva (kilovatios) se refleja principalmente en los siguientes aspectos:
Reduce la potencia de salida del generador: Cuando el generador necesita aumentar su potencia reactiva y operar por debajo del factor de potencia nominal, esto resultará en una disminución de la potencia activa de salida del generador.
Aumento de pérdidas en equipos y líneas: Un factor de potencia más bajo conduce a un aumento de las pérdidas en equipos y líneas, afectando indirectamente la transmisión y utilización de la potencia efectiva.
Aumento de la caída de tensión en la línea: Un factor de potencia más bajo también conduce a una mayor caída de tensión en las líneas y transformadores, afectando aún más la eficiencia de la transmisión de la potencia efectiva.
Impacto en la calidad del suministro de energía: Un factor de potencia más bajo puede llevar a una disminución en la calidad del suministro de energía, lo que a su vez afecta la potencia efectiva de salida de los dispositivos que dependen de una tensión y corriente estables.
Aumento del gasto en electricidad: Debido a las pérdidas adicionales y la reducción de la utilización de los equipos causadas por un factor de potencia bajo, los usuarios pueden terminar pagando más por su electricidad, aunque estos costos adicionales no se reflejen directamente en la medición de la potencia efectiva (kilovatios). Sin embargo, sí reflejan una disminución en la eficiencia de la utilización de la potencia efectiva.
En resumen, un factor de potencia más bajo puede afectar la potencia efectiva (kilovatios) de diversas maneras, incluyendo la reducción de la capacidad de salida de generadores y equipos, el aumento de las pérdidas, el impacto en la calidad del suministro de energía y el aumento de los costos operativos. Por lo tanto, mantener un alto factor de potencia es crucial para mejorar la eficiencia y los beneficios económicos del sistema de energía.