Voltaje de trabajo
El término "voltaje de trabajo" se refiere al voltaje máximo que un dispositivo puede soportar sin sufrir daños o quemarse, asegurando la confiabilidad, seguridad y funcionamiento adecuado tanto del dispositivo como de los circuitos asociados.
Para la transmisión de energía a larga distancia, el uso de voltajes altos es ventajoso. En sistemas de corriente alterna, mantener un factor de potencia de carga lo más cercano a la unidad posible es también económicamente necesario. Prácticamente, las corrientes intensas son más difíciles de manejar que los voltajes altos.
Los voltajes de transmisión más altos pueden generar un ahorro significativo en los costos de material conductor. Sin embargo, mientras que el uso de voltajes extra-altos (VEA) reduce los gastos en material conductor, aumenta el costo de aislar los conductores, ya sea aéreos o subterráneos.
Adoptar voltajes altos requiere aumentar las distancias eléctricas entre conductores para prevenir descargas eléctricas, lo que hace que las estructuras de soporte mecánico sean más complejas y costosas.
Otros problemas asociados con voltajes de trabajo más altos incluyen requisitos de aislamiento mejorados para el equipo, efectos de corona y interferencia con señales de radio y televisión. Notablemente, los costos de aislamiento para transformadores, interruptores y otro equipo terminal aumentan drásticamente. Estos problemas—corona e interferencia de radio—se vuelven particularmente severos a voltajes de trabajo extra-altos. Además, el voltaje de trabajo debe considerar el crecimiento futuro de la carga.
En resumen, los voltajes más altos corresponden a costos de línea más elevados. El nivel de voltaje de un sistema se determina, por lo tanto, por dos factores clave:
La cantidad de potencia a transmitir
La longitud de la línea de transmisión.